Vistas de página en total

jueves, 8 de marzo de 2012

Esencia de mujer

ESENCIA DE MUJER.



Título original: “Scent of a Woman”.

País y año: EEUU, 1992.

Dirección: Martin Brest.

Guión: Bo Goldman (remake de la película italiana “Profumo di donna”).

Reparto: Al Pacino, Chris O´Donnell, Gabrielle Anwar, James Rebhorn, Philip Seymour Hoffman, Richard Venture, Bradley Whitford, Ron Eldard.

Música: Thomas Newman.

Fotografía: Donald E. Thorin.



Basada en la novela “Il Buio e il Miele” de Giovanni Arpino.

Quiero partir en esta reflexión de la Conferencia del XIX Simposium de la Asociación Psicoanalítica con el artículo de Eloísa Castellano Maury “De la regresión a la desorganización” y en el que cita una frase de Pierre Marty que creo recoge la esencia de esta película. Dice así: “un ser humano agotado psíquica y somáticamente,  despliega a veces una capacidad de reacción asombrosa si otro ser humano le acompaña”.

Esto es lo que se da en esta película a través de la relación de sus dos protagonistas.

El argumento es el que sigue: Charly (Chris O´Donnell) es un joven de 17 años, responsable y de pocos recursos económicos que estudia becado en un prestigioso Colegio (Bearm). Para poder costearse el acceso a la Universidad, busca trabajos de fin de semana que le permiten ingresos extras. Para ello, es contratado para hacer compañía al Teniente Coronel Frank (Al Pacino) militar retirado, ciego y amargado por un accidente que le privó de la visión. Este hombre sólo quiere ir a New York, a ver a su familia, a divertirse, para después suicidarse. Pero va a ser Charly quien se enfrente a esta idea, ayudándole, jugándose su propia vida y, sobre todo, acompañándole por la vida con la finalidad de que trate de recuperar y dar un SENTIDO A SU VIDA.



La relación de amistad y el antagonismo de los personajes con respecto a sus vidas.



El vínculo que se establece entre ambos personajes es de una sólida amistad equiparable a la de un padre y un hijo. Desgarradora y reconfortante película que narra la atracción de los polos opuestos, cuando sus protagonistas emprenden el viaje de fin de semana que cambiará sus vidas para siempre. El coronel y Charly tienen aspiraciones vitales antagónicas. El joven desea vivir, hacer cosas y llegar a lograr sus metas. Es un personaje de gran bondad, corazón y conciencia (él mismo se lo dice al coronel: “yo tengo conciencia”) que contrasta con el militar, que cree haberlo visto todo, se encuentra hastiado de la vida y cree que ya no le queda nada más que hacer, sólo divertirse (escena del tango), acostarse con una mujer hermosa (prostituta de lujo) y conducir un Ferrari. Después de ello no le queda más que el suicidio.

Pero el vínculo de amistad, como ya he dicho anteriormente, que surge entre ellos es lo que le salva a ambos. Frank ve en Charly un pequeño resquicio de alegría, que es el que el muchacho trata de transmitir al coronel. El militar, por otra parte, trata de imbuir en Charly la suficiente dosis de “mala leche”, necesaria para enfrentarse a las dificultades de la vida.

La película contiene tres escenas memorables que son las que voy a describir y a analizar:

El Tango: escena maravillosa cuando Frank Slade saca a bailar a una chica que se encuentra sola en el mismo restaurante que él y Charly. Los diálogos que el coronel mantiene con los que le rodean son excelentes. Su personalidad, lo mismo se muestra brusca (con el camarero) que se transforma con las mujeres, con las que se comporta como un caballero. Esto es lo que ocurre cuando se acerca a Donna, se sientan ambos con ella y la invita a bailar el tango. Para él las mujeres son algo superior y bailar con una belleza como Donna, es lo mejor que puede hacer porque le reafirma en su potencia como hombre. Hay que mencionar que antes de acercarse a la chica, Slade percibe por el olor (de ahí el título de la película) que en su entorno hay una bella mujer.

En este baile del tango, lo que se da es una transmisión de emociones. La elección de la música no puede ser mejor: “Por una cabeza”, la memorable canción de Carlos Gardel.

Los diálogos entre ellos son, igualmente, magníficos. Como cuando Slade, en compañía de Charly, le pregunta si pueden sentarse con ella para que no la molesten los “moscones” , a lo que ella responde que si lo desean... pero que estará sola un momento, espera a alguien (Michel), a lo que el coronel le dice: “a veces se vive la vida en un momento... hoy saldrá el sol y se pondrá... lo demás está por decir”. Posteriormente, el militar le hace su propuesta de si quiere bailar. Ella le dirá que no sabe ya que Charly siempre ha creído que el tango es tontísimo. Él deduce que a ella le gustaría y se lo propone: “¿quiere aprender el tango?. Le ofrezco mis servicios gratis”. Ella le contesta que tiene miedo a equivocarse, a lo que Slade responde: “sólo sígame”. Donna asiente y le dice: “De acuerdo, voy a probar”. La imagen siguiente es el baile en sí mismo, de una belleza inconmesurable, a través de la interpretación de un Al Pacino ciego que se va creciendo con la música. Ella se limita a seguirle.

La siguiente escena, igualmente excelente es la del Ferrari. En esta escena Charly y el coronel entran en una tienda de coches de lujo y solicitan un Ferrari, con la consiguiente prueba inicial del mismo. El encargado no está convencido de que pueda dejar probar el coche a dos personajes, uno de los cuales, Charly, que es quien va a conducir, es excesivamente joven. Slade trata de sobornarle ofreciéndole dinero. El encargado es duro de pelar y se resiste pero, dada la insistencia de Slade, le acaba convenciendo, sin percibir su ceguera. Ambos salen en el coche, conduce Charly un tramo, pero Slade insiste en que le deje conducir a él. Charly se arriesga y, de nuevo, pone en juego su vida. El coronel no ve y él tiene que irle gritando: “siga recto, aminore, gire a la izquierda...”, al tiempo que el coronel se va apasionando y pisando más y más el acelerador, hasta que la policía les detiene. De nuevo, Slade logra que el policía no se percate de su ceguera; mantiene la calma, Charly también. El policía les deja continuar, no sin antes indicarles que vayan con cuidado.

La felicidad de Slade es inmensa y le dirá a Charly: “Lo he hecho, tienes a tu lado a un hombre feliz”.

De nuevo se ha reafirmado en su potencia y capacidad para dirigirse por la vida”. (El coche es todo un símbolo)

La tercera escena, el Discurso: tendríamos que comenzar diciendo que “la inteligencia hace a los hombres”.

Es un discurso profundo y sensible, lo que se requiere para transmitir conocimientos. Es el tipo de discurso de los que se aprende significativamente. Y se me ocurre pensar que educar a un niño, a unos jóvenes, no es hacerles aprender algo que no sabían, sino hacer de ellos alguien que no existía. Esto es, en esencia, lo que lleva a cabo la cura psicoanalítica a través de un proceso de identificación.

Es un discurso en el que se resume el principio de esta película: LA VERDAD= AROMA= OLER BIEN.

En esta escena aparece Charly con Slade. Ahora se han cambiado los papeles y es Slade quien va a acompañar al joven en su defensa, ante quienes quieren acusarle, censurarle, castigarle y, al final, destruir su proyecto de VIDA.

Frente a ellos, el otro joven “papanatas” con su papá, que va a ser quien trate de ejercer la defensa de su hijo, pero a través del encubrimiento, de la falsedad, de la mentira.

En medio de ambos bandos, el ofendido profesor, que trata de “echar a los leones” a Charly (claustro de profesores-jueces), tratando de que declare quien o quienes han sido sus ofensores y que, por tanto, delate.

Charly omite, no declara quiénes han sido los que han ofendido al profesor con su pesada broma. El profesor insiste una y otra vez en que delate. Charly se mantiene controlada y persistentemente en su posición de no delación.

Entonces, el profesor le acusa de estar mintiendo deliberadamente y le amenaza con la expulsión del Colegio, con lo que impediría que Charly tenga acceso a la Universidad. Y es, entonces, cuando entra en escena el militar que, al escuchar la acusación dirigida a su entrañable amigo, explota diciendo: “no es un soplón... todo esto es un montón de basura... ¿cuál es su lema? ¿que delaten? ¿que salven el pellejo? ¿se trata de salvar el culo?”.

El profesor se empieza a angustiar ante el tono soberbio e implacable del coronel y le pregunta: “¿ha terminado?”, a lo que, de forma irónica, Slade contesta:”apenas estoy calentándome”; continuando con sus expresiones “¡jaula de ratas!... ¿están preparando a estos menores para la madurez o matando sus principios?. El alma no es comprable. Charly no está en venta”. Refiere ahora que ha visto jóvenes en la guerra, con las piernas y los brazos amputados pero que “no hay nada tan cruel como un espíritu amputado... no hay prótesis para eso...” y que “están tratando de ejecutar su alma”.

Subiendo el tono de forma admirable y a través de una magnífica actuación (Al Pacino), continuará diciendo: “Educadores de hombres, ¡cuidado con el tipo de líderes que hacen aquí! Yo no sé si el silencio de los clanes está bien, pero él no venderá a nadie para comprar su futuro y eso se llama INTEGRIDAD. Charly ha elegido un camino hecho de principios que son los que forjan el carácter. Dejemos que continúe su andadura. Tiene su futuro en sus manos; no lo destruyan, protéjanlo... un día les hará sentirse orgullosos”.

Para finalizar, creo que el proceso que se da en esta película discurre desde la impotencia, el sin sentido de la vida y las fantasías de muerte, a su transformación en todo lo contrario: la potencia, la reafirmación, la alegría y la recuperación del deseo de vivir.

4 comentarios:

  1. Gracias por el análisis de la pelicula. Excelente.

    ResponderEliminar
  2. A eso se le llama elan vital o como decía Bergson, el espíritu de la vida, que siempre resurge de sus cenizas...

    ResponderEliminar
  3. A eso se le llama elan vital o como decía Bergson, el espíritu de la vida, que siempre resurge de sus cenizas...

    ResponderEliminar
  4. Mi vida actual dado mis años y mi salud nada que ver con la película.... pero recuperé mi deseo de vivir un poco más y encontrarle un sentido para hacerlo...
    Trataré de no perder muy pronto a mi querida sombra al doblar una esquina...
    Ah... éstos son mi nombre pero
    No es mi verdadero apellido.....

    ResponderEliminar